Lo cierto es que estas semanas de confinamiento han dado mucho de sí, y lo que empezó siendo un contratiempo, se ha ido transformando poco a poco en una gran oportunidad para poder dedicarnos a aquéllas tareas que requieren calma y tiempo, dos variables que casi nunca podemos encontrar en nuestro día a día habitual.
Ya sé que en cualquiera de los numerosos zooms o webinars que se han propuesto durante estas últimas semanas, se cita más tarde o más temprano, el tópico de hacer de la contrariedad una maravillosa oportunidad, así que no lo digo porque en estas circunstancias sea oportuno decirlo, sino porque como interioristas que somos, tenemos una capacidad de adaptación al entorno seguramente mucho mayor de la que tienen otras profesiones.
Los interioristas analizamos lo que hay, las características de los espacios con sus ventajas y sus inconvenientes, con aquello que debemos mantener o potenciar y aquello que debemos eliminar o tratar de minimizar. Y lo mismo hacemos con las necesidades y preferencias de nuestros clientes, de modo que tras la primera fase de realización del proyecto de reforma, espacio y usuarios deben haber encajado y estar alineados con el objetivo de aumentar el confort, la funcionalidad y la belleza de las horas que se ha previsto pasar en el espacio proyectado.
Este proceso de análisis de lo que tenemos, lo que somos y lo que queremos, es lo que en Marina Sezam iniciamos con cada nuevo proyecto y cada nuevo cliente, por lo que es algo a lo que estamos muy acostumbrados. Se nos da bien y nos gusta porque es la base sobre la que construimos un espacio lleno de sentido y completamente satisfactorio para nuestros clientes.
Así que en el momento actual, casi sin querer, nos hemos puesto a analizar cuáles son ahora nuestras circunstancias, en qué nos favorecen y en qué nos perjudican. No hemos planteado cómo van a afectar a nuestro trabajo y de qué manera podemos transformar los actuales cambios económicos y sociales en algo beneficioso, tanto para el espacio como para los usuarios.
A continuación exponemos nuestras conclusiones:
Diseño de viviendas
- El rincón del zoom: la aplicación Zoom ya existía pero ha sido durante este confinamiento cuando ha visto aumentar de manera exponencial el número de usuarios que ya no pueden pasar sin ella. Y ahora que todo el mundo ha probado y constatado que nos podemos reunir perfectamente de forma virtual, sin perder tiempo ni dinero en desplazamientos, va a ser necesario habilitar una zona zoom en toda vivienda u oficina que pretenda transmitir profesionalidad, o cualquier otra intención en sus reuniones. A partir de ahora, nuestros interiores van a contar con su zona zoom del mismo modo que ya contaban con zonas de descanso o zonas para compartir almuerzos y cenas.
- El espacio gimnasio: por si vienen más pandemias y en cualquier caso mientras dure ésta, no está de más pensar en que quizás es conveniente tener en casa por lo menos una esterilla y algún que otro instrumento gimnástico (pesas, banda elástica, pelota de goma, etc), que será conveniente guardar en un lugar habilitado para ello.
- El sofá: siempre ha sido una pieza versátil en nuestros interiores porque en él realizamos todo tipo de actividades bien diferentes: leer, chatear con el móvil, jugar con nuestros hijos, mirar la televisión, cenar o tomar una copa en compañía. El hecho que diferencia el momento actual y quizás también el futuro, es el tiempo que pasamos en él. Si aumentan las suscripciones a Netflix y Filmin, así como la demanda de comida a domicilio, debemos replantearnos el sofá como elemento básico y sumamente flexible para que pueda adaptarse a todos los usuarios del espacio, tengan la edad que tengan, y a un sinfín de situaciones que en la mayoría de los casos, no son esporádicas, sino habituales y muy recurrentes.
- Los balcones: valoramos tener terraza, balcón, patio y ya no digamos, jardín o terreno en el que poder salir a pasear, pero lo cierto es que en las grandes ciudades, cuidamos poco los espacios exteriores de nuestras viviendas. Lo más frecuente es comprar una mesa con sillas para exterior el primer día que tenemos oportunidad de hacerlo al adquirir la propiedad, y después las usamos poco y apenas las cuidamos. Pero el confinamiento ha puesto en relieve que podemos necesitar estos espacios, que tienen más valor del que normalmente le damos, que el exterior puede ser una fuente efectiva de disfrute y que además puede aportar muchísima armonía y sensación de confort al interior. Así, que a partir de ahora, sin duda vamos a potenciar en nuestros proyectos, la decoración, la iluminación y el mimo por los detalles en los espacios exteriores, para que sumen verdaderamente y no sean sólo un apéndice del espacio interior.
Diseño de espacios Contract
- Hoteles: vamos a esperar qué cambios se introducen a nivel normativo, pero es ya evidente que debemos replantearnos algunos aspectos relativos al interiorismo de hoteles. Para empezar, la desinfección va a tener que garantizarse, certificarse y asegurar que no sólo es bactericida, sino también y sobre todo, vírica. Pero si a ello le añadimos que dicha desinfección sea ecológica y no resulte dañina ni para nuestra salud ni para el planeta, la cosa se complica. Creemos que los hoteles que se precien de priorizar las necesidades de sus clientes, deberán garantizar y exhibir sus certificados de limpieza y desinfección, así como también los de sostenibilidad para asegurar y transmitir sensación de seguridad y responsabilidad a sus clientes.
Y para facilitar la desinfección y ventilación de las superficies y estancias, los diseñadores quizás deberemos repensar cómo deben ser los armarios de las habitaciones donde dejamos nuestra ropa tras un día de turismo intenso, qué revestimientos son más óptimos y qué objetos podemos mejorar con el objetivo de facilitar la higiene después de su uso.
- Bares y restaurantes: constituyen escenarios similares al de los hoteles, pero en su caso, cabe replantearnos además, qué va a ocurrir con la exposición de alimentos. Cómo van a ser las barras de los bares de tapas y pinchos en los que nos apretujábamos para poder disfrutar de una u otra especialidad?
En una época en la que podemos tener a domicilio toda la gastronomía que podamos imaginar, vale pensar que lo que nos motiva a salir a comer o tomar unas copas fuera de casa, es el deseo de tomar el aire por el camino o el de socializarnos con más personas. Pero si se nos obliga a mantener distancias de un metro o más, o a tener una mampara de vidrio o metacrilato en medio, quizás nuestro deseo de salir se debilite y hasta se desvanezca!. Es responsabilidad de interioristas y diseñadores pensar soluciones para que estos lugares de ocio, por otro lado tan populares en nuestro país, no pierdan su atractivo y sigan siendo una fuente inagotable de buenos momentos compartidos. Sin duda nos vamos a replantear las largas mesas compartidas que últimamente empezaban abundar, y los taburetes yuxtapuestos delante de una barra repleta de alimentos listos para tomar fríos, pero cabe hacerlo priorizando como siempre, la rentabilidad del negocio y la experiencia del cliente, aunque eso sí, garantizando su seguridad y su salud facilitando la higiene en todas las superficies y mobiliario.