Cuando pensamos en realizar reformas en nuestra vivienda, una de las dudas más importantes que aparecen es ¿Cuánto va a costar? O ¿Cuál es el precio justo de lo que quiero hacer?
A continuación te damos una pauta para que tú mismo puedas calcular de manera orientativa cuánto te va a costar.
La estancia a reformar
En primer lugar hay que tener claro que hay estancias más costosas que otras.
Los cuartos húmedos como cocina y baños incluyen todo tipo de instalaciones, revestimientos y mobiliario, así como también varios tipos de iluminación.
Estancias como dormitorios o salones acostumbran a contar básicamente con un material de revestimiento para el suelo y un acabado para paredes y techos, que normalmente incluye yeso y pintura. Si bien es cierto que podemos invertir grandes sumas de dinero en el mobiliario y la iluminación de estas estancias, si nos ceñimos a soluciones sencillas o de precio medio, la inversión por m2 es menor que en cocinas y baños y puede llegar incluso a ser de la mitad de éstas.
Los derribos
El derribo es un trabajo aparentemente fácil, ya que puede hacerlo cualquiera sin conocimiento alguno de construcción ni de reformas en general, pero si nos paramos a pensarlo un poco más detenidamente, hay algunos tips que quizás deberíamos tener en cuenta y que van a incidir directamente en el precio:
- Se necesita personal con fuerza física y que al mismo tiempo trabaje con cuidado para no dañar lo que sí se va a conservar.
- Hay que contar con la protección previa de las zonas comunes del edificio, así como también de las zonas de la vivienda en las que no se va a intervenir.
- Hay que tomar tiempo para la separación del material de derribo para su posterior reciclado.
- Hay que contar con el coste y los impuestos del reciclaje de cada tipo de material.
- Hay que tener en cuenta si el material u objetos de derribo llegarán a la vía pública de forma manual o con la ayuda de maquinaria (plataformas, montacargas o ascensores).
En el derribo no hay apenas inversión de material, pero sí de mano de obra, así que podemos contar cuánto tiempo puede llevar desmontar, picar o derribar, llevar los restos y escombros hasta la vía pública y hacer que lleguen al vertedero autorizado.
Contemos pues, con las protecciones, la parte proporcional del sueldo de los operarios, los transportes y cánones de reciclaje, y a ello habremos de añadir la amortización de la maquinaria empleada y de los equipos de protección individual de los trabajadores.
Salvo excepciones, los derribos acostumbran a suponer entre el 5 y el 12% del coste total de la reforma, dependiendo del tiempo y la dificultad que conlleven las tareas a realizar.
Las instalaciones
Se incluyen las de agua, desguace, gas, calefacción, aire acondicionado, ventilaciones, extracciones de aire o humos, electricidad, televisión, teléfono, fibra y a menudo incluyen cambios de antena, timbre o portero automático.
Cada una de ellas requiere su personal especializado, sus herramientas, sus protecciones y por supuesto el material y maquinaria específico para cada tipo de instalación.
Pero además, salvo que las instalaciones vayan a quedar a la vista, va a ser necesario contar con un albañil que abra el paso a los tubos, conductos y cables, y luego los cierres cuidando de que no se noten una vez terminado el trabajo.
En general, en una reforma debemos reservar entre un 20 y un 30% de los costes totales, a las partidas de instalaciones.
A estos costes, deberemos añadir el precio de los sanitarios, griferías, complementos y accesorios necesarios para su correcta instalación, cuyo precio dependiendo de la marca y del diseño del producto, habiendo enormes diferencias que determinarán la calidad y el aspecto final de la reforma.
Los revestimientos
El precio de la mano de obra depende de la naturaleza del revestimiento, del formato y de la dificultad para su colocación. En el caso de revestimientos cerámicos, las piezas pequeñas y las de gran formato son las más costosas de colocar y las de tamaño manejable (30×60 cm por ejemplo), las más rentables. El precio para estos trabajos acostumbra a estar entre los 35 y los 60 € /m2, pero varía enormemente si el revestimiento a colocar es papel, pintura, microcemento, textiles etc.
A este coste habrá que añadir el del material de revestimiento (contando de más porque con toda Seguridad tendremos mermas), el de acabado para las juntas y el de terminación si fuera necesario, además de transportes, herramientas y los trabajos especiales como cortes a inglete o técnicas específicas para la aplicación o colocación de cada tipo de revestimiento.
El abanico de precios para estos materiales es amplísimo y puede ir desde los 20 €/m2 hasta donde queramos llegar. Sin entrar en detalles, un precio medio podría estar entre los 30 y los 100 €/m2, a los que deberemos añadir los citados costes de mano de obra.
El mobiliario
Acostumbramos a distinguir entre el mobiliario fijo, que normalmente se incluye en el precio de la obra de reforma y el mobiliario móvil que normalmente forma parte del proyecto de decoración.
En el primer grupo se encontrarían los muebles de cocina, los de lavabo y armarios empotrados, mientras que en el segundo grupo se integrarían mesas, sillas, sofás o camas entre otros.
De nuevo, podemos encontrar marcas como Ikea, que ofrece soluciones bien diseñadas a un precio muy competitivo y otras que se distinguen por la selección de sus materiales o por su diseño exclusivo con precios mucho más elevados.
La iluminación
Igual que ocurre con el mobiliario, es frecuente diferenciar entre la que se dispone durante el proceso de obra y la que se coloca una vez se ha finalizado la obra de reforma. El abanico de posibilidades tanto formales como de precios, es enorme e imposible de cuantificar sin determinar marcas y modelos concretos.
Además de estas partidas básicas, presentes en toda reforma en mayor o menor medida, se debe contar con los costes del cambio de distribución, de la carpintería exterior, de las encimeras para cocinas y baños, de los vidrios para espejos y mamparas, de electrodomésticos y un sinfín de materiales, soluciones constructivas y especialistas que variarán en cada caso y pueden condicionar notablemente el coste total de la reforma.
Resumiendo, casi nunca es posible determinar el precio de lo que va a costar una reforma a priori, sin determinar en qué va a consistir o qué materiales se van a disponer. Es por ello, que si se tiene un presupuesto ajustado, lo mejor es plantear la reforma al revés y empezar a planificar a partir del coste que no podemos sobrepasar.
Para obtener el mejor resultado posible, de acuerdo a cada tipo de espacio y a las necesidades y presupuesto de cada uno, es necesario conocer qué perfil de operarios es el más adecuado y qué materiales son los que aportarán la mayor relación calidad/precio reuniendo todas las características requeridas para cada caso.
Es por esta razón por la que es complejo saber cuánto cuesta una reforma y muy difícil conseguir que los costes no sobrepasen el presupuesto previsto. Tras nuestros 18 años de experiencia realizando reformas de todo tipo y para todo tipo de clientes, podemos afirmar que el precio justo de una obra de reforma sólo puede obtenerse cuando se conoce en profundidad el espacio, las necesidades que debe cubrir y la oferta de posibilidades tanto en cuanto a profesionales de la construcción como cuanto a materiales y productos que encontramos en el mercado de todo el mundo.
Todo ello hace que quizás, contratar a un interiorista experimentado y formado en la materia, sea la mejor opción para acertar y evitarnos muchas sorpresas y contratiempos tanto durante el proceso de obra como en el resultado final.