Decorador, interiorista o arquitecto: quién hace qué (y por qué importa saberlo)

A menudo se usan como sinónimos, pero las figuras del decorador, el interiorista y el arquitecto tienen funciones muy distintas dentro de un mismo proyecto.

Entender la diferencia entre decorador, arquitecto e interiorista no es solo una cuestión técnica: puede marcar el rumbo de una reforma y, sobre todo, del resultado final.

Todas son esenciales, cada figura tiene su papel dentro del proceso de reforma de un espacio, pero todas comparten un mismo objetivo, crear espacios que funcionen bien y hagan sentir bien.

El decorador: cuando la casa ya está lista, pero el espacio necesita identidad

El decorador o la decoradora entra en escena cuando la estructura ya está resuelta. Una forma sencilla de entenderlo es imaginar el plano de tu vivienda boca abajo. Todo lo que “caería” al suelo (sofás, lámparas, cuadros, alfombras), pertenece al mundo de la decoración.

Su labor empieza cuando la “caja” está lista y lo que falta es dotarla de identidad. Se encarga de vestir el espacio, seleccionar muebles, textiles, arte e iluminación decorativa que reflejen la personalidad y el estilo de quien lo habita.

En definitiva, trabaja con lo que se ve y se siente: materiales, texturas y combinaciones de colores que convierten una estancia neutra en un lugar con carácter, equilibrio y calidez donde apetece quedarse.

El arquitecto: la base sobre la que todo se construye

El arquitecto o la arquitecta trabaja a otra escala. Su formación está centrada en diseñar y proyectar edificaciones desde la base, con visión técnica y estructural.

Tiene la competencia legal para firmar proyectos de obra mayor y garantizar que cada decisión constructiva sea segura, eficiente y cumpla con la normativa vigente. Su visión es amplia y técnica: analiza la estructura, la relación del edificio con su entorno y todos los aspectos que afectan a su estabilidad y funcionamiento a largo plazo.

En definitiva, piensa en el “esqueleto” y en la “envolvente” (estructuras, fachadas y cubiertas), en rehabilitaciones o ampliaciones estructurales. Su trabajo resulta esencial cuando se trata de modificar la estructura de un edificio o construirlo desde cero, asegurando que lo que se diseña sobre el papel puede sostenerse en la realidad.

El interiorista: el punto de equilibrio entre técnica y vida cotidiana

Y aquí es donde entramos nosotras.
La interiorista trabaja dentro del espacio ya construido, pero con una mirada global: estudia la luz, la orientación, la distribución y los materiales, siempre pensando en cómo se vive cada estancia en el día a día.

Su papel une lo técnico y lo humano. Coordina con arquitectos, ingenieros y constructores, supervisa la obra y acompaña al cliente durante todo el proceso para garantizar que cada decisión tenga sentido y que el proyecto se ejecuta tal y como fue diseñado.

En un proyecto de interiorismo, el reto no es solo aprovechar metros, sino alinear el espacio con las necesidades reales de quien lo habita. Como decimos en Sezam Studio:

“Un interiorista traduce la vida de sus clientes al espacio que habitan, creando hogares que funcionan y se sienten no bien, sino fenomenal.”

Entonces… ¿a quién necesito para mi proyecto?

A veces, entender la diferencia entre decorador, arquitecto e interiorista no es tan sencillo como parece.

Cada figura aporta algo distinto y, según el momento del proceso en que te encuentres – planificación, reforma o acabado – una u otra será la más adecuada.

Lo importante es saber qué necesitas y en qué punto estás, para contar con la ayuda profesional que realmente aporte valor a tu espacio.

Decorador/a
 Cuando el espacio ya está terminado y quieres darle estilo, coherencia y personalidad.

• Cuando necesitas elegir mobiliario, iluminación decorativa o arte.
• Cuando quieres renovar la estética sin hacer obras.
• Cuando buscas armonía visual o un cambio de atmósfera.

   

Interiorista
Cuando quieres mejorar la distribución, la luz o la funcionalidad de cada estancia en tu vivienda.

• Cuando notas que tu casa “no fluye” o no aprovecha bien el espacio.
• Cuando buscas una reforma integral que combine diseño y confort.
• Cuando quieres un proyecto pensado a medida para tu forma de vivir.

   

Arquitecto/a
Cuando el proyecto implica cambios estructurales o de gran escala.

• Cuando necesitas ampliar, redistribuir muros de carga o construir desde cero.
• Cuando hacen falta licencias, cálculos estructurales o proyectos técnicos.
• Cuando el objetivo es garantizar la seguridad del edificio e intervenir modificando su estructura.

Cuando las miradas se encuentran

En muchos proyectos, las tres figuras pueden cruzarse y colaborar para lograr un resultado coherente y equilibrado.

El arquitecto establece la estructura, el interiorista interpreta cómo se vivirá ese espacio y el decorador lo llena de alma y detalles. Esa diferencia entre decorador, arquitecto e interiorista es precisamente la que permite que trabajen juntos sin solaparse. Cada uno aborda el proyecto desde su especialidad, aportando una mirada complementaria.

Cuando la comunicación fluye entre ellos, el proceso se simplifica y cada decisión suma al conjunto. Se trata de integrar visiones: la técnica que hace posible el espacio, la estética que lo define y la emoción que lo conecta con quien lo habita.

En Sezam Studio creemos que los proyectos más armónicos nacen de esa colaboración que tiene por objetivo final que el espacio cobre sentido a todos los niveles. Solo así el espacio final refleja una idea compartida: vivir mejor en lugares que funcionan y emocionan.

Tres miradas, un mismo objetivo

Aunque cada figura tiene un papel definido, todas comparten una idea esencial: el diseño es una herramienta para mejorar la forma en que vivimos.

Saber a quién necesitas, ya sea decorador, arquitecto o interiorista, en cada momento puede ahorrarte tiempo, decisiones equivocadas y complicaciones durante la remodelación de tu casa. El arquitecto da forma a la estructura, el interiorista la adapta a la vida y el decorador le aporta carácter. Y cuando esos tres lenguajes se entienden, el resultado no solo se ve bien: funciona de verdad.

Si estás pensando en reformar o rediseñar tu casa, cuéntanos cómo te imaginas vivirla.