En Marina Sezam si algo nos gusta es experimentar, buscar nuevas soluciones, ofrecer alternativas a nuestros clientes y tratar de superar sus expectativas. Por eso este proyecto está resultando ser estimulante y un nuevo reto para nuestro estudio.
El proyecto que os presentamos este mes es la 1ª fase de la reforma integral de una vivienda de 100 m2 en el Eixample.
Pero, ¿cómo empezó todo?
El cliente quería vender la vivienda sin reformar, pero con un proyecto que ordenara el espacio y le facilitara al comprador una clara sensación de cómo podía llegar a quedar.
Este proyecto está siendo un experimento para probar si puede venderse una vivienda para reformar, pero con la distribución definitiva. Esto facilitaría al comprador la decisión, ya que podría ver las estancias y la luz natural de cada una de ellas, pero pudiendo elegir el mobiliario, los revestimientos, los colores y la iluminación que más le conviniera según sus necesidades y posibilidades particulares, y dándole su personalidad al espacio. Esta elección y su puesta en obra, constituirían la 2a fase del proceso de reforma.
Primera fase de la reforma
Nuestro cliente nos pidió que, sin llegar a reformar el piso, interviniéramos en él realizando aquellas modificaciones que fueran mínimas pero suficientes para que la luz y la sensación de amplitud fluyeran en toda la vivienda. Enseguida entendimos que debíamos conseguir optimizar al máximo las características originales de este espacio con el mínimo precio.
Con este objetivo, se derribó la cocina original y en su lugar se proyectó el dormitorio/despacho, se derribó un baño para agrandarlo eliminando al mismo tiempo rincones de difícil acceso, y se derribó el tabique que separaba el salón del resto de la casa. Ello conllevó, igualar pavimentos y techos, pintar paredes y eliminar puertas interiores.
Se redistribuyó la vivienda dándole a la cocina una ubicación y una disposición idóneas junto al salón para que ambos se percibieran el doble de amplios de lo que eran originalmente. La isla de la cocina, de esta manera, comunica y separa a la vez ambas estancias, permite el paso de la luz natural desde la fachada y filtra el paso hacia el lavadero, donde se dispondrían las máquinas y enseres de lavandería y limpieza de la vivienda.
Además, este proyecto consistió en crear una espaciosa habitación doble con vestidor y baño, y dos habitaciones más, una de ellas de grandes dimensiones y situada junto a la puerta de entrada, para que pueda funcionar tanto de dormitorio como de despacho, así como también un segundo baño completo.
Este proceso duró unas tres semanas y constituyó lo que acabamos llamando la 1a fase de la obra de reforma.